Receta de Nigella Lawson de galletas de avena, saludables y muy fáciles de preparar
Oatcakes son una especie de galletita preparada a base de copos de avena, de hecho éste es el ingrediente principal. ¿Las habíais probado alguna vez?

La verdad sea dicha, son súper sanas y sencillas, pero tienen un sabor que las hace especiales porque la avena queda crujiente y tostada. Además se pueden acompañar de muchas cosas: mermelada, miel, chocolate,… quedan bien con cualquier cosa que les pongáis.
Como son sin gluten y sin azúcar, me atreví a darle unas galletitas a Lhasa, nuestra perrita, ya que la receta me recordaba bastante a las galletas que le preparé hace unas semanas de zanahoria y avena (aquí tenéis la receta), ¡y a ella también le han gustado! Así que todos felices en casa comiendo lo mismo 🙂
Me ha sorprendido mucho encontrar una receta tan sencilla y sobretodo tan sana (porque como os decía no solamente no tiene azúcar, sino que además solo lleva 1 cucharada de mantequilla) en el recetario de Nigella Lawson de su libro How to be a domestic goddess, pero como para completar mi reto Irene-Nigella tengo que prepararlas todas, ¡ésta por supuesto estaba en la lista!
Ingredientes:
- 250 gr copos de avena medianos
- Pizca de sal
- 1/4 cdta bicarbonato
- 1 cda mantequilla ecológica fundida
- 75-200 ml agua hirviendo
Pasos:
Precalentar el horno a 200º
Poner la avena en un bol junto con la pizca de sal y el bicarbonato, mezclarlo con un tenedor y hacer un hueco en el medio para que quede con forma de volcán. A continuación verter la mantequilla fundida, y mezclarlo con el tenedor.
Verter el agua hirviendo poco a poco, empezar con 75 ml e ir añadiendo a medida que veáis que se necesita más. Dependiendo del tipo de avena que uséis la receta requerirá más o menos agua, así que id con cautela de no pasaros.
Trabajar la masa a mano hasta que quede homogénea y amasarla bien.

Coger pedacitos de masa del tamaño de una avellana, darles forma de bola con las manos, colocarlos sobre una bandeja de horno cubierta con papel de horno y chafarlos con la base de un vaso para aplanarlos lo máximo posible. No hace falta que separéis las galletas las unas de las otras ya que no crecen.

Hornear durante unos 15-20 minutos hasta que tengan un color dorado por los bordes. Al retirarlas del horno dejarlas reposar en una rendija hasta que se enfríen.
Salen unas 20-24
¡A disfrutar!