Deliciosa receta para preparar un pastel de plátano decorado con un glaseado de queso crema y mantequilla tostada, ¡a disfrutar!
Queridos lectores y lectoras, hoy os traigo una de las recetas que más ilusión me ha hecho preparar hasta ahora (¡al final del post os cuento por qué!), se trata de un jugoso y sabroso pastel de plátano cubierto de un delicado glaseado a base de queso crema y mantequilla tostada. ¡Una delicia de pastel que no podréis parar de comer desde el primer bocado que probéis!

Este pastel es muy fácil de preparar, se trata simplemente de dos preparaciones…
Por una parte tenemos los dos (o tres pasteles) de plátano. Digo dos o tres porque según el tamaño de vuestros moldes podéis hacer más o menos capas, en mi caso yo opté por dos pasteles de 20 cm, pero si queréis adaptar los tamaños y proporciones simplemente ajustad los tiempos de horneado. Al final para saber si el pastel está hecho o no tenéis que ver que la masa se separa de las paredes, que al pincharlo con un palillo en el centro sale limpio, ¡y que huele deliciosamente!
Respecto los ingredientes del pastel, veréis que se utilizan 3 plátanos maduros, lo que hace que quede muy jugoso, y se le añade apenas una cucharadita de canela, que le da un toque muy sutil. Quería comentaros acerca de uno de los ingredientes del pastel: el famoso buttermilk, un ingrediente muy popular en la repostería norteamericana pero que en España no es fácil de encontrar. En caso de que no seáis los afortunados de tener un supermercado con este ingrediente, podéis substituirlo fácilmente por leche con un chorrito (generoso) de limón, que hará que se corte la leche y tengamos buttermilk.
Pasemos ahora al glaseado, que aunque veáis que lleva casi 400 gr de azúcar glass, os aseguro que no es nada empalagoso. ¿Por qué? Porque en lugar de mantequilla como llevan la mayoría de glaseados se hace con queso crema, que le quita dulzor al glaseado.
Pero la gracia de este glaseado no es solamente el queso crema, ¡sino la mantequilla tostada! Mantequilla… ¿tostada? ¿Y eso qué es? Pues la famosa beurre noissette, que tiene este bonito nombre francés porque al tostarla en la sartén o cacito coge un precioso color dorado y olor a avellana.
Hacerla es muy fácil, simplemente hay que poner la mantequilla en una sartén o cacito (mejor si es de fondo blanco para así ver más fácilmente cómo cambia de color), y tenerla a fuego medio-bajo unos 5-8 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que cambie de color y empiece a soltar este maravilloso olor de avellanas.
Os recomiendo que mientras tengáis los pasteles en el horno hagáis el paso de tostar la mantequilla, de este modo cuando tengáis los pasteles en fase de enfriado y os pongáis a montar el glaseado ya tendréis la mantequilla tostada lista, ya que después de tostarla tiene que solidificar en la nevera.

Hechos todos los comentarios acerca de la preparación del pastel, quería contaros por qué este pastel es tan importante como os decía al principio del post. Y es que era un pastel de cumpleaños para una personita muy pero que muy importante… ¡mi pequeño bollito! Que ha cumplido ni más ni menos que… ¡¡¡1 año!!!
Sí, amigos y amigas, éste fue su primer pastel de cumpleaños, y no podía ser más feliz de preparárselo con todo mi amor y, por fin darle a probar… Después de prepararle 11 pasteles de cumplemes que no podía comer todavía porque tenían azúcar, lácteos,… por fin ha llegado el momento de que pruebe el primer dulce de su mami.
No os penséis que se ha zampado un trozo entero (eso lo hizo mi maridito que se comió su porción y la del peque y terminó con un empacho como siempre), le dimos apenas dos bocaditos y su sonrisa de probar su primer pastel ya me bastó 🙂
Y os preguntaréis, ¿por qué elegí este pastel? La verdad es que después de leer mil y una recetas, al final me decanté por ésta porque el plátano es su fruta favorita. Y le acompañé su cena de cumpleaños con su comida favorita: puré de judías pintas. Si es que tiene unos gustos bien refinados este niño 😛
Por último, deciros que la receta es de la web de Sally’s Baking Addiction (aquí el link). Y si os habéis quedado con ganas de más pasteles, en mi blog encontraréis un montón de recetas más en este link.
Ingredientes
- PARA EL BIZCOCHO:
- 345 gr plátano chafado (4 medianos o 3 grandes, aprox)
- 375 gr harina
- 1 cdta levadura
- 1 cdta bicarbonato
- 1 cdta canela
- 1/2 cdta sal
- 170 gr mantequilla ecológica, a temperatura ambiente
- 200 gr azúcar
- 100 gr azúcar moreno
- 3 huevos ecológicos grandes, a temperatura ambiente
- 2 cdtas extracto de vainilla
- 360 ml buttermilk (o leche con un chorrito de limón), a temperatura ambiente
- PARA EL GLASEADO:
- 113 gr mantequilla ecológica
- 339 gr queso crema ecológico, a temperatura ambiente
- 480 gr azúcar glass
- 2 cdtas extracto de vainilla
- 1/2 cdta sal
Pasos
*Consejo* Haced con antelación el paso 7, ¡os ahorrará tiempo!
- Precalentar el horno a 180º y untar con margarina dos moldes de 20 cm, reservar
- En un bol tamizar los ingredientes secos (harina + levadura + bicarbonato + sal + canela), y reservar
- En otro bol, con la ayuda de unas varillas eléctricas o la KitchenAid (velocidad media-alta) batir la mantequilla + azúcar + azúcar moreno unos 2 minutos, hasta que quede cremoso. Parar la KitchenAid y rascar las paredes y el fondo del bol las veces que haga falta en todos los pasos.
- Bajar la velocidad (media), e incorporar los huevos uno a uno, luego el extracto de vainilla y por último el plátano chafado.
- Bajar la velocidad (baja), e ir alternando la mezcla seca con el buttermilk en tres tandas, empezando y terminando por la mezcla seca. No sobrebatir la masa, veréis que queda que parece como cortada y con algún grumito.
- Verter la masa en los moldes y hornear unos 25 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo en el centro salga limpio. Al sacarlos del horno dejarlos unos minutos sobre la bandeja caliente, y luego pasarlos a la rejilla para que terminen de enfriarse del todo.
- Vamos ahora a por el glaseado. El primer paso es tostar la mantequilla, para ello colocarla en una sartén o cacito (mejor si tiene fondo blanco) y tostarla unos 5-8 minutos a fuego bajo-medio, hasta que coja un tono dorado y olor a avellanas. Colarla y dejarla enfriar en la nevera hasta que solidifique. Es mucho mejor si hacéis este paso el día antes, ya que así podéis tener la mantequilla lista para cuando os pongáis a montar el glaseado.
- En un bol, con la ayuda de unas varillas eléctricas o la KitchenAid (velocidad alta) batir la mantequilla hasta que quede cremosa, e incorporar el queso crema. Bajar la velocidad al mínimo, añadir el azúcar glass + extracto de vainilla + sal, batir apenas unos segundos y subir la velocidad al máximo para batir bien el glaseado unos 2 minutos (el paso de parar la KitchenAid para añadir el azúcar glass evitará que se os forme una nube de azúcar que manche toda vuestra cocina). Si vuestro glaseado todavía no tiene la textura necesaria para poderlo servir sobre el pastel podéis añadir algo más de azúcar glass, y luego dejarlo reposar un rato en la nevera.
- Cuando el bizcocho esté totalmente frío, colocar uno de ellos en un plato, con una espátula colocar glaseado sobre él, cubrirlo con el otro bizcocho y colocar más glaseado encima. Si lo deseáis podéis cubrir las paredes del pastel con más glaseado (¡tranquilos que sale un montón!).
- Guardar en la nevera al menos 30 minutos antes de servirlo.
- Resultado: 8 muffins
- Fuente: blog de Sally’s Baking Addiction
- ¡A disfrutar!
Que pastel tan bueno, para una gran celebración..!! 😋😋🎂💕💕
Y que lo digas, súper especial! Muchas gracias!!! 😘😘🤗🤗